Es una expresión apasionada de su profundo amor por la naturaleza y su interminable deseo de engendrar hijos. El retrato muestra a Khalo alimentando la tierra engendrando una vid, aunque no tiene raíces, ya que está arraigada en su matriz.
Además, los tallos de esta vid no tienen espinas. Más bien, tienen trece tallos sin hojas para representar las pérdidas de Kahlo. Kahlo había perdido a su padre, sufrido abortos espontáneos y pasado por muchas operaciones para reparar diferentes partes de su cuerpo luego del severo accidente que sufrió cuando tenía 19 años.
Explica por qué la vid crece de su cuerpo sin útero y se mueve hacia el espectador como si fuéramos la fuente de la esperanza o la luz. Frida fija una mirada impasible en el espectador en un intento de llamar al espectador para que confronte su situación.
La mayoría de los autorretratos de Frida son una expresión de dolor, frustración emocional y desilusión. En esta pintura, utiliza un matiz imaginativo de simbolismo y arte visionario para representar sus pérdidas, la muerte de sus seres queridos y su incapacidad para engendrar hijos.
Kahlo critica su desafortunado estado y retrata su sentimiento de culpa de una manera bastante audaz. Durante este tiempo, Frida adoptó el estilo surrealista, aunque toma prestadas algunas ideas de las formas de arte tradicionales mexicanas al crear esta pintura.
Antes de pintar Raíces, Kahlo se había asociado con Diego, su esposo, para comprar un terreno en Pedregal, Ciudad de México. Esta región era mayormente pedregosa, y los Rivera habían comprado la propiedad para construir un templo para la colección de ídolos precolombinos de Diego.
La pareja lo llamó Anahuacali y dijo que sería un hogar para Frida y para él durante la guerra. Frida captura inteligentemente el vasto mar de tierra seca y volcánica que rodea este templo.
Pintura relacionada - Pensando en la muerte
Esta pieza muestra claramente el estado de ánimo de Kahlo cuando creó Roots. Fue su tercer autorretrato que Kahlo creó ese año. En esta pintura, Frida coloca en su frente una calavera y un hueso en un paisaje desértico para acentuar la desesperación, pero también cierra el espacio con un muro de hojas para simbolizar la vida. En la cultura mexicana, la muerte significaba vida y renacimiento. Muestra que Frida entendió el hecho de que la muerte era un camino diferente a otra forma de vida.